lunes, 22 de agosto de 2016


La familia es esencial en su condición de punto focal del ser social, tanto para el desarrollo del individuo como para el de la sociedad a la cual pertenece, mediante el proceso de asimilación y reproducción de los sistema de valores y normas socialmente aceptados, proceso en el cual la familia desempeña un papel predominante. Las interacciones que en ellas se dan son condición exclusiva de ese grupo familiar que inicia la socialización del niño y niña mediante las relaciones que establecen sus miembros y donde se cumplen una variedad de errores, los que posteriormente se expresan también en la sociedad.


La sociedad le ha encargado a la Escuela la tarea de apoyar a la familia en la socialización de los niños, adolescente y jóvenes. El vertiginoso desarrollo de la sociedad contemporánea exige de una preparación calificada de los jóvenes para insertarse socialmente, la familia no puede responder a tal demanda por si sola y es la escuela quien complementa esta tarea con la colaboración de otros agentes de la comunidad y de la sociedad en general.




La educación es demasiado importante para dejarla sólo en manos de los maestros. Por lo que los padres deben ser agentes más activos ante el proceso educativo de sus hijos. Comprender que la dinámica educativa nos incluye a todos, es una actividad permanente que integra a los hijos, a los maestros, a los padres y a la comunidad en su conjunto. Hablar de la familia y la escuela es hablar, en primer lugar, de la responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos, y, en segundo lugar, de la necesidad de una colaboración estrecha entre los padres y los educadores. La participación de los padres en la educación de los hijos debe ser considerada esencial y fundamental, pues son ellos los que ponen la primera piedra de ese importante edificio que marcará el futuro de cada ser humano.

La familia posee vínculos vitales y orgánicos con la sociedad. En efecto, de la familia nacen los ciudadanos, y éstos encuentran en ella la primera escuela para su formación, adquirir valores y principios, que son fundamentales para desenvolverse y desarrollarse en la sociedad misma.

La familia, en virtud de su naturaleza y vocación, lejos de encerrarse en sí misma, se abre a las demás familias y a la sociedad, asumiendo su función social. En diversas ocasiones, se ha mencionado que la familia, es el núcleo de la sociedad. Definición, que para muchos, es la más exacta e idónea para clarificar, no sólo lo que es la familia, sino su importancia dentro de la comunidad.

La familia es como una célula, dentro de un organismo mayor, que es la sociedad. Por lo mismo, al ser considerada, como una célula, esta debe ser cuidada. Y esta célula, contiene un núcleo, que son los padres. Por lo mismo, es que la relación que mantengan los padres entre ellos, será crucial, para la sobrevivencia de la familia. Es claro que cualquier quiebre matrimonial, perjudicara enormemente la relación de la familia.

Esto se debe, a que la familia, forma a quienes actuarán en el futuro, dentro de la sociedad. Cada padre y madre, forman a los hombres y mujeres del futuro. Aquellos que tomarán, en algún momento, las riendas del país. Por lo mismo, es de suma importancia, el hecho que las familias estén bien constituidas. Para que sus hijos, se puedan formar en un ambiente acogedor y amoroso. Con los padres, los hijos aprenderán, no sólo a comportarse en sociedad, sino que repetirán las mismas experiencias a la hora de formar y educar a sus hijos.

Es por lo mismo, que se dice que el hombre y la mujer, no sólo se unen para preservar la raza humana. Su trabajo es mucho más complejo. Situación, que en la realidad, no requiere de mucho esfuerzo. Lo difícil, es crear una familia. Crear el ambiente propicio para que los hijos, crezcan y sean hombres y mujeres de bien.

Por otra parte, la familia, es la base para que todo ser humano, se pueda integrar de manera correcta a la sociedad. Por lo mismo, es que sus integrantes menores, deben ver los aspectos positivos de su familia, para potenciarlos en un futuro cercano. Así mismo, los aspectos negativos, deben ser estudiados y anotados, para su corrección, la familia, se le considera la escuela primaria, frente a los desafíos sociales.

Es en la familia, donde el ser humano, aprenderá lo que son los afectos y valores. De qué manera hay que manejarlos y que es lo correcto a realizar y lo que no. La formación de valores y principios que le inculquen la familia, es irremplazable. Estos no lo aprenderán en el colegio o la universidad. Sólo en su familia. Núcleo de amor, afecto y comprensión. Al igual, que escuela primordial de los valores y virtudes a seguir.

La conexión íntima entre la familia y la sociedad, de la misma manera que exige la apertura y la participación de la familia en la sociedad y en su desarrollo, impone también que la sociedad no deje de cumplir su deber fundamental de respetar y promover la familia misma.

Ciertamente la familia y la sociedad tienen una función complementaria en la defensa y en la promoción del bien de todos los hombres y de cada hombre. Pero la sociedad, y más específicamente el Estado, deben reconocer que la familia es una "sociedad que goza de un derecho propio y primordial". En virtud de este principio, el Estado no puede ni debe substraer a las familias aquellas funciones que pueden igualmente realizar bien, por sí solas o asociadas libremente, sino favorecer positivamente y estimular lo más posible la iniciativa responsable de las familias. Las autoridades públicas, convencidas de que el bien de la familia constituye un valor indispensable e irrenunciable de la comunidad civil, deben hacer cuanto puedan para asegurar a las familias todas aquellas ayudas económicas, sociales, educativas, políticas, culturales. Que necesitan para afrontar de modo humano todas sus responsabilidades.






Integrantes:
Anik Moron
Yamileth Lanoy
Frailuz Ruiz

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